Puede decirse que Celtas Cortos fueron el primer grupo del que me hice seguidor, el primer grupo con el que disfruté en un concierto, el primer grupo con cuyas letras maduré, el primer grupo con el cual descubrí en mí ese gusto que tengo por los violines, flautas, gaitas y demás, y el primer grupo del que me distancié debido a mis nacientes gustos rockeros y metaleros. Ese distanciamiento mío de Celtas Cortos también fue debido a ese cambio de estilo que se marcaron con su anterior álbum y que defraudó a tantos seguidores. Y es que los seguidores habíamos conocidos a unos Celtas alegres, festivos, divertidos y los vimos convertidos en unos Celtas electrónicos, quizá más reivindicativos de lo que nos tenían acostumbrados y por supuesto, mucho menos alegres y divertidos.
Y es que hubo muchos seguidores que sintieron la marcha del grupo del vocalista y letrista Jesús Cifuentes. Yo, más bien, me sucedió lo contrario, es decir, que casi festejé la marcha de Cifuentes. Y es que aunque nuestro gusto por Celtas Cortos hubiera crecido con la voz de Cifuentes, con su forma de cantar, con sus letras y con su carisma, quien más quien menos sabe que fue él quien metió al grupo donde les metió. Cifuentes fue quien arrastró a Celtas Cortos a un estilo casi electrónico tan alejado de lo que nos habían ofrecido años antes y a unas canciones tan poco digeribles que Celtas Cortos perdieron ese estatus que tenían entre sus seguidores y que aunque poco a poco se van recuperando, quizá ya no vuelvan a ser lo que eran.
Así pues, cuando me enteré de la marcha de Cifuentes, aparte de esperarlo, pensé que Celtas Cortos se habían librado de ese corsé y que ahora volverían a ser otra vez Celtas Cortos, no ese grupo extraño en que se había convertido tras el último álbum con Jesús Cifuentes y las últimas giras.
Y reflexiones aparte, inevitables ya que como les digo Celtas fueron para mi lo que fueron, pasaremos a comentar lo que es a día de hoy un concierto de Celtas Cortos, eso sí, intentando no extenderme mucho más de la cuenta.
La cita era en un pueblo de considerable extensión llamado Malagón a unos 30 kilómetros de Ciudad Real capital, con motivo de las fiestas del lugar, y en un lugar llamado recinto ferial, que no era otra cosa que un escenario bajo una carpa dentro de un espacio vallado por tela verde.
La cita estaba anunciada a las 12.30 aunque, como suele ser habitual, de comenzar a esa hora nada de nada. A esa hora nos encontramos a varios componentes de Celtas deambulando por el recinto mientras un grupo telonero, que sonaba más bien popero y que no sé decirles quienes son, estaba a mitad de la actuación. Así pues, tuvimos la ocasión de saludar a Carlos Soto (flautista), Goyo Yeves (saxo), Óscar García (bajista), Eduardo Tarilonte (teclados) y Antuan (nuevo vocalista), los cuales nos comentaron con toda humildad que esperaban que nos gustara la actuación con la nueva formación y el nuevo repertorio.
Y lo primero que nos llama la atención en cuanto se produce la salida del grupo, es que algo ha cambiado en Celtas. Y es que, aunque parece que se trata de un grupo diferente a lo que fueron antes, han salido ganando con los cambios producidos en su estilo, en su formación y en su repertorio.
En cuanto a su estilo, su sonido en directo es un reflejo de lo que es su último álbum, C´est la vie, con un estilo más latino y nada electrónico, en el cual el nuevo vocalista se defiende a la perfección, a la vez que no desentona ni desmerece en nada las canciones de Cifuentes. No es qué tenga una voz similar a la del anterior vocalista, pero teniéndola distinta, no hace que se sientan las canciones extrañas ni mucho menos.
En cuanto a su formación, decir que han dado mucho juego, colorido y puesta en escena tanto el nuevo vocalista, muy animoso, como los dos estupendos guitarras, Jesús González y el mexicano Óscar Medina, los cuales y a pesar de llevar poco tiempo en la banda se complementan a la perfección.
Y en cuanto al repertorio, han eliminado de raíz temas que tenían un lugar destacado en giras anteriores pero con los cuales el público no se sentía para nada identificado. Y aquí hago mención al tema con el que comenzaban los conciertos de la anterior gira, llamado La mierda y perteneciente a su último álbum con Cifuentes, tema que a mi corto entender no creo que fuera el más indicado para empezar un concierto, algo que pude comprobar en varias ocasiones por la acogida que tenía en la gente.
Así pues, y a eso de la 1.30 salen a escena mientras suenan los acordes de una intro, para comenzar con la magnífica y cañera instrumental Hacha de guerra, y enlazarla con No nos podrán parar, un tema mucho más apropiado para comenzar un concierto que el que mencioné anteriormente. Durante el resto de la actuación fueron combinando de manera inteligente temas del nuevo álbum con temas clásicos, y así fue como mantuvieron vivo el ánimo y la atención del respetable durante la hora y media que duró su actuación.
Del nuevo álbum interpretaron Y después qué; Baila; Alicia; Gaia; Soledad en construcción, en mi opinión de lo mejorcito del álbum y tras la cual todos los miembros portaron un cartel con la palabra paz; una instrumental que no fui capaz de identificar; y la canción que da título al disco C´est la vie, tema éste que no es muy de mi agrado y que Carlos Soto aprovechó para presentar a la banda, siguiendo el original estilo de presentación que practican desde hace años.
No faltaron muchos de los temas clásicos de su carrera como la instrumental El túnel de las delicias, de su primer álbum, totalmente instrumental; Si no me veo no me creo; Haz turismo; Tranquilo majete; El emigrante; Skaparate nacional, que me sonó mucho más fresco en esta ocasión no sé porqué causas; o Lluvia en soledad, con introducción de arpa por parte de Eduardo Tarilonte, teclista.
Para los bises dejaron temas que son parte de la historia de Celtas Cortos y que nunca podrán dejar de tocar en los directos, como son La senda del tiempo y sobre todo, 20 de Abril, tema con el que finalizaron un concierto redondo. Hubo temas, cómo no, que se echaron en falta, que en épocas pasadas tuvieron un peso enorme en sus repertorios, como fueron Qué voy a hacer yo, Ya está bien, Cuéntame un cuento, Madera de colleja, Romance de Rosabella y Domingo o En estos días inciertos, pero que por cuestión del tiempo no pudieron ser interpretados.
Me llamo muchísimo la atención el hecho de que no tocaran ningún tema de tienes la puerta abierta, el extraño último álbum que hicieron con Jesús Cifuentes, una muestra evidente de que han captado el mensaje de lo que sus seguidores querían y de lo que no. No obstante, y aunque en general el álbum no ha sido de los más celebrados, si que tuvo magníficas canciones como Gente distinta, A saber, Pajarico o Todo es ponerse, que bien podrían interpretar en directo.
Como digo, una magnífica actuación de Celtas Cortos, muy por encima de otras que presencié anteriormente con la anterior formación. Y es que está claro que van por el buen camino de volver a ser uno de los cinco mejores grupos de este país en cuanto a lo que podríamos llamar música para todos los públicos.
Y por el momento, esto ha sido todo. Este ha sido el primer concierto que el equipo de cuerdasdeacero.com hemos visto en Septiembre pero también el último, ya que en principio no tenemos previsto hacer desplazamiento alguno hasta el día 3 de Octubre para ver actuar a Tránsfer en Toledo, y hasta el 17 de Octubre, que si las circunstancias acompañan estaremos igualmente en Toledo para presenciar el primer concierto de la nueva gira de Fito y Fitipaldis presentando su nuevo álbum, Lo más lejos a tu lado, y para contárselo a ustedes.