A pesar de ser miembro de los grandísmos Celtas Cortos, este vallisoletano no ha dejado que el éxito le ciegue, y mantiene intacta su simpatía y su sorprendente sencillez.
Reportero. -¿Qué hace un chico de conservatorio como usted en un grupo como éste?
Alberto-No estaba en mis planes, pero inmediatamente vi que podía significar un trabajo a largo plazo, no en el sentido de empleo, sino un trabajo para aprender y esforzarme.
R. -¿Es más difícil improvisar en la música o en la vida?
A. -Improvisar en la vida no es mi fuerte. En la música, al haberme visto obligado a expresar lo que llevo dentro sin tener papel delante, me encuentro más suelto.
R. -¿Montaron un casting a lo O.T. para elegir al nuevo cantante del grupo?
A. -Hemos contado con gente que conocíamos o de la que teníamos referencias musicales anteriores.
R. -Sus letras son muy reivindicativas. ¿Surte efecto cantar las cuarenta?
A.-Dar forma a una propuesta contra algo como artista es ya un primer éxito.
R. -¿Toca la música que le gusta escuchar?
A. -A veces escucho cosas que no tienen nada que ver con lo que hago ni lo que toco.
R.-Dicen que el poder corrompe. ¿Y la fama?
A. -Nosotros no hemos entrado en las habitaciones del poder. Tenemos un nombre que la gente reconoce por la labor musical que hacemos. Si se puede llamar fama, que no lo creo, no pienso que nos haya corrompido.
R. -El grupo ha experimentado con muchas cosas, ¿evolución o degeneración?
A-La degeneración es imprescindible para volver a crear. Hay pasos que no afianzan el camino, pero resultan necesarios para saber dónde hay que pisar.
R. -De mayor quiere ser…
A.-Siempre he querido ser un juglar del siglo XXI y, más o menos, me he convertido en ello.
R. -En la música, ¿cuenta más el talento o el enchufe?
A. -Tener alguien que te dé una oportunidad está bien, pero eso tiene que estar correspondido con un mínimo de talento y dignidad para que el público no lo considere un engaño.
R. -Cuando se es famoso, ¿el público acepta cualquier cosa, aunque no tenga calidad?
A. -La gente no es tonta. Cuando encuentra ofertas culturales de valor, las saborea. Hay una sensibilidad subyacente a todo el mundo.
R. -¿Le cuesta más no quedarse corto como persona o como músico?
A.-Creo que como músico, aunque tampoco estoy seguro… Lo tendrían que decidir los que me rodean.
R. -¿A quién le dedicaría una canción titulada Trece ?
A.-A la insensibilidad.
R.-Déme una razón para no creer que lo del concierto de Aspaym es puro márketing.
A. -Lo hacemos como una continuidad de actos que hemos realizado a lo largo de nuestra carrera. Además, se va a quedar en algo directo y local.