La obra de Celtas Cortos permea barreras generacionales con alegría. ¿Cómo valoran esta pervivencia de sus temas, de su discurso?
Creo que por suerte para nosotros sí ha aguantado bien el primer material y sigue teniendo aceptación el nuevo. Son 38 años de carretera: somos corredores de fondo y en todo ese mogollón de tiempo hemos ido dejando semillas que ha germinado. Son canciones que realmente han trascendido nuestra historia y, obviamente, nuestra generación; somos afortunados al comprobar que son parte de la banda sonora de varias generaciones. Gracias a los de siempre, y bienvenidos sean los que se apuntan ahora a seguirnos.
Cada visita a Aragón supone para usted una nueva alusión a la Cabaña del Turmo en Benasque. Por si fuera poco, vienen en abril…
Es una de las preguntas recurrentes en vuestra tierra, sí, y lo entiendo aún más siendo el mes que es. Esta canción, ’20 de abril’, está en nuestro santoral: cada año, cuando llega la bendita fecha, siempre hay un pequeño revuelo. Llegan los recordatorios, la viralidad incluso: pues muy bien, significa que seguimos ahí, en los corazones de la gente. Hará unos tres años que no voy a visitar a mi cuadrilla de Benasque. Además, tengo otra raíz pirenaica, porque viví tres años en Canfranc y tengo muchos amigos por la zona, ganaderos sobre todo. Me gustaría ir más, la verdad, pero no siempre es posible.
Ambos puntos son estelares actualmente en materia de gastronomía.
No está ahí el mayor atractivo de ambos sitios, por lo menos para mí, pero muy bien por los implicados. Todo lo que sea bueno para ambos valles me parece perfecto, teniendo además en cuenta que la temporada de nieve no ha sido muy buena. Hay otras cosas que sí me tocan más de cerca: participé hace poco en el festival por Canal Roya junto a Ixo Rai, por ejemplo.
¿Qué opina de La Guardia y La Frontera, sus compañeros de cartel en Zaragoza este fin de semana?
Son referencias de crecimiento y rock para nosotros, parte de nuestra banda sonora. Vamos a disfrutar mucho esa noche en Zaragoza, seguro. Y aunque Los Rebeldes no están esa noche, también quiero destacar la calidad artística de Carlos Segarra.
El disco nuevo está al caer. ¿Cómo ha sido el cocinado?
El físico estará listo para dos conciertos consecutivos que tenemos dentro de unos días en Madrid, en el palacio de Vistalegre. El del día 20 ya está lleno, habilitamos el 19 y también se está vendiendo bien. Tendremos amigos en el escenario, desde Fito Cabrales a Kutxi Romero, Nach, Da Igual, Tanxugueiras o Mikel Izal. El disco se llama ‘El mundo del revés’ y estamos muy contentos con él.
El título tiene pinta de hiperrealista. ¿Es la intención?
Lo cierto es que bastante patas arriba tenemos nuestro planeta, la verdad, pero por desgracia eso no es ninguna novedad. Cada año, eso sí, ese aspecto tiene matices nuevos: cambia la carátula, vamos. El subsuelo de esta realidad tan caótica es el mismo siempre, desgraciadamente. Lo sacamos por nuestra cuenta y riesgo, ya no estamos en multinacional alguna, así que andamos pico y pala, tan ricamente.
¿Qué le pide Cifu a la vida ahora mismo?
Una cosa tan viejuna como tener salud. Sencillamente, espero mantener la energía emocional y física para hacer frente a una gira intensa como la que acaba de empezar. Disfrutamos con este curro, pero es un curro y conlleva mucho desgaste. Vaya, es jodidamente duro, aunque más de uno piense que es una fiesta continua. Lo que pasa es que también se trata de nuestra pasión, así que las kilometradas y las horas robadas al sueño se llevan con alegría.
Vía: Heraldo