El gancho en el directo y la amistad en la tramoya nocturna murciana llevó a ‘Antoine’ a pasar de ‘fan’ a vocalista de Celtas Cortos. Este murciano de 28 años que ya se ha estrenado en la Plaza Mayor se impuso a los candidatos locales por goleada en simpatía.
-¿Qué tiene de engorro y qué de honor ocupar el hueco de Cifuentes?
-De engorro nada, más bien la responsabilidad de ocupar el sitio de ‘Cifu’, que es mucha. Y como todo tiene su lado mejor, la parte alegre es la de tocar con los Celtas.
-¿Tan inestable ve su futuro que no ha dado el paso de instalarse por estos lares?
-Lo veo bien, y de hecho he alquilado un piso en Girón desde hace unos meses, aunque estoy más en la carretera que en ninguna parte. Cuando llegamos, a algún sitio siempre decimos «mira un sofá que no se mueve, una casa sin ruedas».
-Ya sabrá que Delicias y Girón son los ‘barrios Celtas’.
-Sí, fue una casualidad, aunque todo se une como la energía. Así que ahora soy vecino de Goyo, de Nacho y ‘Cifu’.
-Como rapero, ¿cree que Valladolid puede exportar la dicción perfecta?
-En realidad yo era el menos rapero de mi grupo, hacíamos un poco de todo, rap-metal, funky, soul, todo mezclado. Pero sí, Valladolid podía ser la referencia de la buena dicción y el buen castellano, menos el leísmo claro. Ya te ‘le’ digo yo. Aunque eso es lo que me gusta, que cada sitio mantenga su peculiaridad, su identidad. El leísmo es pucelano.
-¿Qué le queda de ‘desfasao’ y de ‘persona non grata’ (sus anteriores grupos)?
-Me queda mucho en el sentido literal y aéreo, surrealista de la palabra. Musicalmente aprendí mucho, hice mucho rock urbano, fueron mis primeros conciertos, comiendo bocadillos de mortadela y cobrando cuatro duros.
-¿Qué tiene Salzillo que no tenga Gregorio Fernández?
-De Salzillo si sé, pero ¿quién es Gregorio Fernández? Bueno supongo que de aquí.
-Entre los Celtas que llamaban majete a González y los que se entrevistan con Herrera, ¿qué evolución política ve?
-Ahí me pillas. Pero me parece bien que los grupos se entrevisten con autoridades, no tiene que ver que la opinión política sea distinta. Se busca la libertad de expresión y el diálogo, y la entrevista es una anécdota.
-¿Un disco que acepta que ‘así es la vida’ es resignado o realista?
-Es un disco realista, no resignado. De hecho íbamos a titularlo ‘C’est la vie?’, con interrogación, preguntándonos si así era la vida. Finalmente optamos por decir pues así es la vida, cambio, evolución.
-¿El benjamín del grupo padece el choque generacional con sus compañeros o sobreviven gracias a la universalidad de la música?
-No hay choque, sino años que ellos llevan rodando. Lo pasamos muy bien. Se sufren los kilómetros de la gira que son muchos pero nos reímos mucho.
-¿Qué tiene Espinardo aparte de zumos para que se escape allí en cuanto puede?
-Muchas cosas. Está pegado a Murcia, a la huerta, aquí al lado hacen una cervecica muy rica, la familia, los amigos, la tierra que siempre tira.
Fuente: El Norte de Castilla