El Diario de Teruel nos deleita con esta foto y entrevista:
Tras el último concierto que Celtas Cortos ofreció en Teruel, junto a la Banda de Música de Santa Cecilia en 2018, la referencia del rock celta español regresa a la provincia con un concierto que tendrá lugar en el pabellón ferial de Calamocha (22.30 h.) este martes, 20 de abril… perdón, 15 de agosto.
-Mastodóntica esta Gira 2023… de Málaga a Teruel, y luego León, Toledo… 36 conciertos desde enero y al menos 13 más hasta octubre. ¿Cómo se lleva esto, ahora que no tenemos 30 años?
-Bueno, yo sí que los sigo teniendo, ¿eh? (risas). En realidad es una suerte que hayamos podido retomar el volumen de trabajo de antes de pandemia, que en este gremio nos quedamos tirados en la cuneta. Y es verdad, los kilómetros causan mella, ¡pero esto es rock’n’roll, hermano! Cuando te subes al escenario y se prepara la que se prepara, se te pasa todo, te transformas durnate un rato en alguien inagotable e invulnerable.
-¿Cómo será el concierto de Calamocha?
-No olvidamos la mochila que traemos y hay temas que la gente quiere escuchar, que son de obligado cumplimiento. Pero también queremos enseñar temas más recientes, quizá menos conocidos, para que la gente se lleve una foto más completa, porque no hemos dejado de hacer cosas nuevas.
-¿Se llegan a aborrecer los himnos que han firmado, de tanto que los pide el público?
-A mí eso ya se me pasó, cuando tomé conciencia de que es importante compartir ciertos temas con la gente que te viene a ver con pasión, y que desea disfrutarlos. Es tal la comunicación y la sintonía en los conciertos en directo que tienes que claudicar ante ese hecho mágico que a la gente le pone a cien. Pero además la gente entra muy bien a los temas más nuevos, cuando sabes dosificar bien el repertorio se prepara un clima espectacular.
-Lo más nuevo es ‘No pasarán’, un single cuya fecha de salida no fue para nada casual. El compromiso es algo que ya no se estila en la música. Será que se lleva mal con las ventas o con las escuchas en Spotify…
-Probablemente. El origen de esta banda está muy apegada a movimientos sociales concretos, a una conciencia política e ideológica que, aunque no somos de ningún partido, está muy clara. Y fue nuestra intención que la canción saliera antes de las elecciones generales, efectivamente, porque la amenaza fantasma del fascismo en este país empieza a ser preocupante como para dar un paso adelante. Y, desde la humildad, opino que es un ejercicio de valentía que, como tú dices, no es nada habitual actualmente en la música.
-¿’No pasarán’ formará parte de un nuevo disco? ¿Para cuándo estará listo?
-La pandemia nos mandó al carajo la grabación de un nuevo disco que terminó diluyéndose, así que después de volver a la carretera hemos empezado a grabar algún single, y cuando acabe esta gira en octubre empezaremos a cerrar los temas que nos faltan, para publicar un nuevo disco en 2024.
-¿En formato disco completo?
-Sí. Parece que el CD ya no tiene mucho sentido, para para nosotros lo sigue teniendo. Todavía hay románticos a quienes les gusta escuchar un disco completo, sin cortes.
-En el último que publicaron, el del 30 aniversario, recordaban que ‘Solo recuerdo lo bueno, de lo malo nada’… ¿Eso es posible en el mundo de la música?
-Desde luego. Cuando tienes un proyecto de vida y de futuro, tu día a día, el presente, lo forman los buenos momentos; la carretera, la convivencia, la prueba de sonido… el blues del autobús, vaya. Acabas aprendiendo que tienes que disfrutar de las cosas, de cada concierto, de la novela que te lees en la furgoneta o de cuando paras a comer y te echas unas risas. Hemos aprendido muchas cosas nuevas y disfrutonas, y espero que este camino dure todavía mucho tiempo.
-Hoy en día no hay nadie que no tenga en la cabeza el término ‘música celta’ o ‘rock celta’. Pero hace treinta años en Valladolid ustedes serían los raritos…
-Ya lo creo. Los componentes de entonces de Celtas Cortos veníamos del folk castellano, del jazz o del rock’n’roll. Había un compendio de distintas procedencias, pero teníamos claro que queríamos retomar una herencia que no tenía testigos, solo algunos grupos como La Banda o Gwendal. Cuando nos hicimos populares la frontera se rompió, pero antes éramos mirados de reojo. La ortodoxia folkie temía que destrozáramos la música tradicionl, y el rock’n’roll no terminaba de digerir ese mestizaje que proponíamos. Pero por fortuna todo salió bien y la música folk se ha abierto a todo, incluso al indie, y lo mejor de todo: ahora goza de un respeto que no tenía en nuestra época, donde la música tradicional era algo viejuno y soso.
-¿Hacia donde irá la evolución de Celtas Cortos en el futuro?
-No sé decirte, cada vez que emprendes un proyecto nuevo lo haces con espíritu, un sonido y un color diferente. El rock’n’roll ha ido ganando peso en nuestra música pero la instrumentación y melodías folk siguen siendo muy importantes. Yo diría que estamos abiertos a seguir impregnándonos de todas las influencias.
-Pues yo no termino de ver a los Celtas a ritmo de dembow…
-Bueno, de casi todas.