Y eran las 21.15 cuando Celtas saltaron al escenario, la sala repleta con reventa en los exteriores, todo un espectáculo para despedir a esta formación tan carismática que nos ha traído, y nos traerá tan buenos momentos. Siguieron el mismo repertorio que han tocado durante toda su gira, La Mierda, Gente distinta, Hacha de guerra, Refugiado, A saber,20 de Abril, Monólogo con ron, Vasos Rotos, Cuéntame un cuento, Skaparate Nacional, El Emigrante, El túnel de las delicias, Madera de Colleja, Haz Turismo, No Nos Podrán Parar y Tranquilo Majete.
El público entusiasmado, sinceramente creo que los Celtas gozan de mayor admiración en Madrid que en Pucela, y esto lo constato diciendo que todas aquellas gentes que se juntaron en la Sala Macumba conocían todas las letras de Celtas, algunas del ultimo disco se le resistían , pero por ejemplo la canción Gente Distinta se la sabían todos y se cantó y disfrutó casi tanto como 20 de Abril o la Senda del Tiempo… con 20 de Abril el público entró en la histeria, y en todo momento se oyó más al público que a Cifu. Los abrazos y caricias a Jesús se hacían cada vez más palpables, y el abrazo con Oscar desveló aún más que la separación se hace de muy buen rollo. La parte negativa del concierto sin duda fue el pésimo sonido que hubo en todo momento, los acoples se repetían en cada canción, la voz apenas se oía… un fracaso en ese sentido que hizo del concierto un pequeño fiasco. Está claro que los ingenieros de sonido no acertaron con el equipo.
Aun asi todos disfrutamos de una noche Celta, la penúltima noche de Cifuentes como cabecera de Celtas Cortos. La parte positiva sin duda fue el público, volcado 100% con los músicos, los bises los consiguieron a base de gritos y silbidos, y tras tocar Tranquilo Majete y la despedida ‘Love machine’ había que desalojar la Sala pues abría a las 0.00 horas, ya eran las 23.15 y debían desmontarlo todo, Cifuentes se despidió de una bonita forma diciendo “Aún me queda mucho”.
Pero los madrileños se quedaban con ganas de más, Oscar dijo que había poco tiempo pero consiguieron que apagaran las luces de nuevo y reactivaran todo el sonido, los celtas estaban algo desconcertados y tuvieron que hablar entre ellos , se decantaron por el clásico “¿Qué voy a hacer yo?”, todo un espectáculo que solo recuerdo haber visto en directo allá en el 93 durante la gira de Tranquilo Majete en el Mercado de Ganados de Torrelavega. En resumen, un concierto más de Celtas Cortos, sin sobresaltos ni sorpresas, todo muy estudiado y, para ellos, rutinario, que hacen que el público vibre, se estremezca e incluso llore.